Verónica Herrera

Docente Tiempo Completo – Escuela de Turismo

Hace poco veía imágenes de animales en zoológicos con la leyenda “si tú no puedes estar en tu casa durante unos días… imagínate ellos toda su vida”, y entendí que se ha malinterpretado la función de los zoológicos en la actualidad.

Según Álvarez (2008) el primer zoológico moderno fue abierto en Viena en 1765 y el zoológico más antiguo de América se inaugura en Nueva York en 1864. En un inicio, se abrieron como centros para mostrar colecciones de animales y de seres humanos, sin otro fin más que entretener al privilegiado grupo de visitantes que podía costear una entrada.

Hoy en día, los zoológicos son los espacios para educar a sus visitantes sobre la importancia del cuidado de las especies que se encuentran bajo su cuidado y su hábitat natural. Además, convertirse en centros de rescate de especies que han sido agredidas por humanos que no entienden la función que este animal tiene para el medio ambiente.

El Zoológico de Quito es un centro de rescate que hace poco atendió al cóndor Iguiñaro, rescatado por pobladores del sector de El Quinche y que luego de la revisión veterinaria se encontró un perdigón alojado en su pecho que ventajosamente no comprometió ningún órgano vital. A esta ave emblemática del Ecuador, que se encuentra en peligro de extinción en el país, la atendieron, curaron y liberaron en su hábitat; nada hubiera sido posible sin el apoyo de la Fundación Zoológica del Ecuador y su labor de rescate y protección de la fauna silvestre.

Martín Bustamante, Director del Zoológico de Quito, expresa que “la importancia de una liberación pronta radica en que el cuerpo todavía mantiene la memoria del estado de libertad” (El Universo, 2020). Por esta razón, no todos los individuos rescatados pueden ser devueltos a sus hábitats, muchos son víctimas del tráfico de especies, han convivido por largos años con humanos y no conocen de sus dinámicas naturales con otros individuos de su misma especie, lo más probable es que a largo plazo no logren sobrevivir en su medio natural.

Estos individuos que no pueden ser liberados se convierten en los embajadores de su especie, de sus hermanos que se encuentran en libertad y de sus hábitats. La función del zoológico es, entonces, educar a sus visitantes para entender la importancia que tienen estas especies y sus hábitats y crear conciencia de que si cuidamos nuestro ecosistema ahora, lo preservaremos para las futuras generaciones.

En estos tiempos de COVID-19 cuando todos hemos permanecido en nuestras casas, el Zoo de Quito no ha parado de cuidar a las especies que se encuentran en su recinto y además ayudar al rescate de especies como Iguiñaro que tuvieron la suerte de sobrevivir a un ataque. El Zoológico de Quito cuenta con alrededor de 600 animales a su cargo y su único ingreso fijo es la venta de boletos que por ahora está suspendida debido a las restricciones a causa del COVID-19, por lo que se ha iniciado una campaña de recolección de fondos para que el Zoo siga realizando sus labores de rescate, rehabilitación y cuidado de estas especies.

Si deseas apoyar al zoológico de Quito puedes visitar su página web quitozoo.org y zoolidarizarte con los animales silvestres.