Estudiantes de la Escuela de Comunicación de la UIDE powered by ASU asistieron a la conmemoración fúnebre en homenaje a Cristo, conocida como el “Arrastre de Caudas”, una antigua celebración católica de Semana Santa que tuvo lugar este miércoles en la Catedral Metropolitana de Quito, evitando así su extinción tras su desaparición en ciudades como Sevilla (España) o Lima.

Más allá de la trascendencia religiosa de este ritual, los estudiantes realizaron una cobertura del evento, poniendo en práctica todo lo aprendido en clases, pudiendo apreciar cada uno de los elementos y ritos que hacen del Arrastre de Caudas un patrimonio cultural inmaterial que solo se puede experimentar en el Ecuador y cuya simbología evoca la pureza, la penitencia, el sufrimiento, la muerte y la inmortalidad, todo como parte de un ritual que estuvo acompañado con música fúnebre interpretada majestuosamente en el órgano mayor de la Catedral, que no dejó indiferente a ninguno de los presentes y aportó en gran medida a crear un ambiente oscuro que, junto con el aroma presente de incienso y sahumerio, resultó en una experiencia verdaderamente impactante e imperdible. En definitiva, simbología pura en todo su esplendor, que para los estudiantes de la UIDE fue un jugoso compendio de elementos y vivencias digno de un detallado análisis semiótico.

Para ello, al atardecer del Miércoles Santo, ya desde las dos de la tarde nuestros jóvenes universitarios formaron grupos en la calle García Moreno para hacer la cola de ingreso a la Catedral, no sin llamar la atención de desprevenidos devotos que manifestaron su sorpresa ante tanta juventud que dio un toque diferente al ambiente; eso sí, sin afectar la formalidad del evento. El resto de asistentes fueron turistas, curiosos y, por supuesto, verdaderos devotos.

Precisamente, esa peculiar conformación de asistentes dio lugar a momentos particulares dentro de la ceremonia, con la presencia de dispositivos tecnológicos de diversa índole y en manos de distintos personajes del mundo dominado por las redes sociales: desde personas que no paraban de tomar fotografías de cada etapa ritualista para subirlas a sus redes; otros asistentes que no tuvieron reparo en tomarse el clásico selfie; hasta blogueros e influencers que realizaban sus publicaciones en el momento e incluso se atrevían a una transmisión en tiempo real.

En fin, una inolvidable experiencia para los estudiantes de la Escuela de Comunicación, que vivieron una ceremonia única cuyo origen proviene de un rito funeral practicado por el Ejército romano en honor de los generales caídos en batalla, y que se ha convertido en todo un reclamo turístico de nuestra capital. Invitamos a nuestros estudiantes a seguir explorando estos espacios donde reinventan su pasión y ponen en práctica lo aprendido en sus clases.