El protagonista de esta historia es Rodrigo Gutiérrez, quiteño, con su familia conformada por su esposa y sus dos hijos. Ellos son su impulso necesario para seguir adelante. Ricardo es tecnólogo eléctrico de profesión y dejó atrás la vida agitada de la ciudad para trasladarse a Píntag, hace veintidós años. Esa tierra, que lo acogió con los brazos abiertos, le inspiró a combinar su profesión con la habilidad que Dios puso en sus manos: la de realizar artesanías con material reciclado. Por esta razón, decidió establecerse en Píntag, a la que considera una tierra hermosa, de gente cálida.

Don Rodrigo, como lo conocen sus amigos, nos contó con una sonrisa en sus labios que “en Píntag sí se vive en comunidad”. Agregó, visiblemente emocionado, que esta parroquia “le está viendo surgir económicamente”.

El talento para crear artesanías lo perfeccionó gracias a un talento innato, ya que ni sus padres ni sus abuelos tuvieron esta habilidad.

Rodrigo comenzó a involucrarse con las artesanías desde muy niño y fue mejorando su técnica con el transcurso del tiempo. Recordó, por ejemplo, que recibió un curso gratuito de tejido macramé en el Municipio de Quito. En ese entonces, se destacó como estudiante y sorprendió a sus profesores y amigos gracias a la rapidez con la que tejía y creaba hermosos diseños.

Luego llegó el momento en el que sus habilidades debían ser conocidas y reconocidas. Eso le llevó a ser instructor por cinco años en diversos programas del Municipio, donde desplegó toda su creatividad e imaginación. Desde ese instante, supo que su habilidad le seguiría a todo momento y en todo lugar.

Al ingresar al taller de Artesanías Guti uno se transporta a distintas épocas y lugares del Ecuador. El acogedor ambiente está decorado con hermosas lámparas, rosarios, mesas, equipos de sonido, muebles, entre otros artefactos elaborados con material reciclado. Estos elementos son una muestra de la destreza que Don Rodrigo posee, destreza plasmada en un sinnúmero de ideas que dan vida al material que generalmente en los hogares se desecha. Pero no en el taller. Todo en ese lugar sirve de materia prima y con un poco de inspiración, se convierten en detalles que adornarán los lugares más importantes y especiales de las personas que adquieren estos productos.

En el marco de los proyectos de vinculación que se llevan a cabo en Píntag, el emprendimiento de Don Rodrigo es un de los proyectos en los que colaboran estudiantes de carreras administrativas, quienes a través de la asesoría buscan posicionar la marca “Artesanías Guti”, utilizado estrategias de fortalecimiento de identidad corportativa y marketing digital. Esta es otra muestra del compromiso de la UIDE con la sociedad.