¡Hay que innovar! ¡La clave es la innovación! ¡Las empresas que no innovan están destinadas al fracaso! Son varias de las expresiones comunes de la actualidad que han convertido el término innovación en una moda más que en un elemento profundo de cambio y transformación. Listas internacionales y en medios conocidos muestran las marcas más innovadoras, las empresas que más innovan e incluso se han definido indicadores de innovación por país, regionales e internacionales, pero aún así no se tiene claridad de los procesos que llevaron a esas empresas a esas posiciones o cuales son los elementos y condiciones que han permitido a varios países ser considerados como los que más innovan.

El contexto de innovación también ha dado paso a la aparición de varios “profesionales” que encontraron su oportunidad de entrar en un aparente nuevo mercado, sin embargo, más allá de evidenciar sus habilidades comerciales para vender “grandes ideas” sus propuestas han terminado en grandes fracasos, esto porque al comprender un verdadero proceso de innovación se incorpora y acopla el conocimiento con la técnica, y en un ambiente mucho más optimista siguiendo la recomendación de un gran amigo, se debe trabajar en creencias, identificar las personas correctas, definir propósitos claros y por supuesto generar sacrificios, siendo vital entender que quienes deseen incursionar de manera real en el campo de la innovación deben comprender su complejidad y estar dispuestos a destinar el esfuerzo y recursos necesarios para tener éxito.

Lo expuesto plantea interrogantes como ¿Qué estudiar? ¿Cuáles son las mejores certificaciones? ¿Qué herramientas emplear? Siendo las respuestas más rápidas desing thinking, lean startup, machine learning y varios temas de interés y con mucha potencia, aún así, no resuelven problemas de fondo ni mucho menos generan claridad sobre la ruta de innovación a seguir en el contexto de empresa, de emprendimiento e incluso personal. La recomendación en este campo es generar un proceso formación mucho más integrador, que más allá de certificaciones novedosas faciliten herramientas que conecten necesidades, con ideas y ejecución, lo cual implica no solo conocer y saber, sino que se deben desarrollar habilidades de alta dirección para la puesta en marcha de cambios profundos, para enfrentar con creatividad las barreras del camino y aprovechen con ingenio las oportunidades, así como las puedan crear.

¡Sin duda es hora de evolucionar los MBA tradicionales al campo de la innovación!

Escrito por: Héctor Alejandro López Paredes