La ola de la tecnología golpea con fuerza la realidad de las industrias. La UIDE, como parte de su visión innovadora y con miras a continuar ofreciendo educación de vanguardia, llevó a cabo la charla “Ética y Academia en tiempo de AI”.
Este espacio fue creado con el objetivo de intercambiar saberes interdisciplinarios para exponer las bondades de contar con este tipo de inteligencia en las diferentes áreas de estudio, sus implicaciones y los retos que significa para la academia contar con estas nuevas herramientas.
El mecanismo para este conversatorio fue formular una pregunta a un Avatar – creado para este propósito – para que, a partir de su respuesta por medio de Chat GPT, los panelistas establecieran sus criterios.
Caterina Tuci, directora de Investigación y Posgrados de la Universidad, fue la moderadora del evento y la encargada de hacer las preguntas a CHAT GPT.
Varios de los cuestionamientos que se plantearon giraron alrededor de cómo ayudará a la educación la inteligencia artificial y el papel que juega la ética en estos nuevos tiempos.
Los panelistas coincidieron en que el uso de la inteligencia artificial significa sin duda un importante avance. Nicolás Fernández, canciller de la UIDE, dijo que la academia no puede prohibir el uso de estos nuevos mecanismos entre los estudiantes, pues el avance de la tecnología no es algo que se puede contener. Sin embargo, advirtió que desde la academia se deben plantear alternativas para que los estudiantes se apoyen en estas herramientas, y no hagan un uso indiscriminado de los mismos.
Paulina Vizcaíno, directora de la Escuela de Tecnologías de la Información y panelista invitada, recordó a los asistentes que esta tecnología ha sido creada por humanos, y que siempre deberá primar la idea de que es el ser humano quien, con su capacidad de análisis, percepción y conocimientos puede crear estas invenciones. Y los jóvenes deben entender este principio, pues el ser humano es 95% sentido común, característica innata y única de las personas.
La experiencia que Byron Galarza tuvo en China llamó mucho la atención de los estudiantes. El periodista invitado dijo que el modelo de aprendizaje que involucra inteligencia artificial para países como el nuestro es nuevo, versus otros países como China en el que sus estudiantes interactúan con robots todo el tiempo.
La cotidianidad del gigante asiático es distinta, dijo. Galarza contó que dado a la compleja interacción entre personas que existe en dicho país, es usual ver en los restaurantes a gente comiendo con un robot, que hace las veces de su acompañante.
Para Patricio Rivas, docente y PhD en Filosofía de la Historia, este nuevo momento que vive la educación debe servir para replantear el modelo educativo e individualizarlo para potenciar y escuchar las inquietudes de cada individuo, para el invitado los trabajos en grupo de cierta manera dan poder solo a unos para exponer sus criterios, aseguró.
Además, dijo que la inteligencia artificial debe ser masificada, pues si es monopolizada por el poder, se convertirá en un mecanismo para consolidarlo.
Alfredo Corral, docente de la Escuela de Derecho, coincidió en que en estos tiempos debe primar el sujeto. La inteligencia artificial responde a instrucciones de sus creadores, afirmó; por lo que hay que preocuparse más de las personas dado que la información de la que se alimentan estas herramientas proviene de archivos y documentos creados por humanos, y que a fin de cuentas no sabemos en manos de quién cae la información que proporcionamos y puede ser usada en nuestra contra.
Este diálogo también dio paso a la reflexión entre los estudiantes y panelistas sobre el uso ético de estos instrumentos que están revolucionando la educación y la investigación.